Aclaro que el siguiente texto no pretende se mas ni menos que un ensayo de un joven en busca de una cura que no se elabora en tubos de “ensayo”, que detrás y por delante de toda mi inocencia interrumpida ya no hay rastros. Que no hay tiempos predecibles para frenar las impurezas y ponerlas bajo el lente microscópico. Que el único laboratorio abierto será el que ahora funcione en mi mente, el que desafía las leyes de la química, esta vez no en busca del antídoto sino de las respuestas que resuelven las preguntas mas profundas de mí ser, que le dan sentido a la estadía del presente. Un laboratorio abstracto, desafiante a los métodos código-urbanos de estos tiempos, que no produce ciencia ansiosa de llegar al gran almacén del globalismo, sino que produce valoración genuina en el interior de mí.
De inmediato remarco que este laboratorio que sustituyo las drogas por algo más angustiante, con un sentimiento más carnal, mas vivo, a veces se detiene sin dar aviso. Serán tal vez secuelas inamovibles/ duraderas, propias de una estructura pseudos perfecta, imposible de desmantelar todo su interior cuando el propósito es la nada. Y es que esta vacía palabra, idiolecto vivo de nuestros tiempos, es cualquier cosa menos insignificante. No carece de valor. Ejemplos de que el vació no carece de valor y significado:
-Mis bolsillos estaban esperando ser llenos de algo que no cabía en mi palma, pretendía querer capturar el mar en mis bolsillos. Mis bolsillos eran la “nada”, el mar la inmensurable grandeza de los desconocido, mi palma la única posible realidad de esta metáfora de mi inconciente.
La nada esta rodeada de materia, esta le rodea sus fronteras invisibles. La nada es la única posible de capturar toda la esencia y magnitud de la materia sin que esta se altere, mientras que en el naufragio hacia lo inperseptible sucede.
La nada es la concepción de algo ausente que puede ser incluido. La nada puede ser el depósito invisible de lo que es visible.
Este laboratorio hoy lo declaro abierto nuevamente, han pasado algunos días desde que se detuvo e hizo su intervención en la nada. Esta gran metáfora son solo palabras, expresiones viva de mí ser.
De inmediato remarco que este laboratorio que sustituyo las drogas por algo más angustiante, con un sentimiento más carnal, mas vivo, a veces se detiene sin dar aviso. Serán tal vez secuelas inamovibles/ duraderas, propias de una estructura pseudos perfecta, imposible de desmantelar todo su interior cuando el propósito es la nada. Y es que esta vacía palabra, idiolecto vivo de nuestros tiempos, es cualquier cosa menos insignificante. No carece de valor. Ejemplos de que el vació no carece de valor y significado:
-Mis bolsillos estaban esperando ser llenos de algo que no cabía en mi palma, pretendía querer capturar el mar en mis bolsillos. Mis bolsillos eran la “nada”, el mar la inmensurable grandeza de los desconocido, mi palma la única posible realidad de esta metáfora de mi inconciente.
La nada esta rodeada de materia, esta le rodea sus fronteras invisibles. La nada es la única posible de capturar toda la esencia y magnitud de la materia sin que esta se altere, mientras que en el naufragio hacia lo inperseptible sucede.
La nada es la concepción de algo ausente que puede ser incluido. La nada puede ser el depósito invisible de lo que es visible.
Este laboratorio hoy lo declaro abierto nuevamente, han pasado algunos días desde que se detuvo e hizo su intervención en la nada. Esta gran metáfora son solo palabras, expresiones viva de mí ser.
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